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Quien fuera secretario de Comercio Interior durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, Guillermo Moreno, sufrió el robo en su oficina de Yrigoyen y Perú, al cual consideró como un “hecho de este gobierno oligárquico”; y agregó: “los muchachos mandaron un mensaje pero no alcanza. Hablé con la ministra de Seguridad (Patricia Bullrich), quién mandó a la policía científica y a la división Robos y Hurtos de administración central. Pero acá nos conocemos todos. Ya nos llegó un video. Sabemos que vinieron cuatro. Saldremos a buscarlos, pero algún peronista los reconocerá y después sabremos lo que hay que hacer”.
Moreno definió incoherente al gobierno nacional: “subieron el precio de la comida sacándosela de la boca al pueblo. Subieron la tasa de interés, pelando el mercado interno. Al subir la tasa, nadie pide un crédito. Encima el déficit fiscal estará en 10 u 11 puntos. En una economía que se achica quién más gasta es el estado. Sólo les pido que declaren la emergencia alimenticia, porque sino será muy difícil hablar racionalmente”.
Para el ex secretario de Comercio Interior “Macri encabeza un proyecto político pre-peronista. Son mil familias contra cuarenta millones de argentinos. A la familia Roca no le sirve de nada que la comida esté cara. A los Blanco Villegas tampoco. Hasta al criminal de lesa humanidad Héctor Magnetto no le sirve de nada que la comida esté cara. Pero ese es su proyecto de país. Por eso la cosa es así de simple: cuarenta millones de argentinos contra las mil familias tradicionales de siempre”.
Consultado por Gabriel Fernández sobre el futuro del peronismo, Moreno dijo: “los días más felices fueron, son y serán peronistas. En los últimos tiempos hicimos discursos medio raros, sin comprender el mundo que nos rodeaba y el mensaje del Papa. No reflexionamos junto a nuestro pueblo. Fue una elección light y ganó este chico light. Ahora tenemos que buscar los mejores cuadros para gobernar en un mundo en guerra, algo que nunca le sucedió al peronismo”.
En esa dirección avanzó con amplitud. Aseveró que todos deben sentarse a la mesa de diálogo sin tomar en cuenta las objeciones ni las críticas. Involucró en esa mesa a Sergio Massa, Felipe Solá y con reservas, a Alberto Fernández. “Y bueno, si vos me decís que Alberto también es peronista, que venga a debatir” le dijo al periodista. A continuación la charla ingresó en una zona más ríspida. Gabriel indagó si en esa acción contenedora Moreno incluía a Eduardo Alberto Duhalde.
La respuesta de Moreno no se hizo esperar: “tengo un gran respeto por Duhalde, no ironizo ni lo condeno. Tiene que estar en la discusión porque es un dirigente peronista importante. Yo estoy dispuesto a conversar con él” enfatizó. Obviamente, esta consideración disparó agudas réplicas de una franja de la audiencia. El filoso referente reiteró que “son mil familias oligarcas contra cuarenta millones. Si los peronistas nos unimos, vamos a retomar el gobierno”.
Finalmente hizo hincapié en la necesidad de ajustar el lenguaje al decir popular. Indicó que “no hay que hablar de neoliberalismo, no lo entiende nadie. Tenemos que llamar a las cosas por su nombre: este es un gobierno de oligarcas. La gente sabe lo que son los oligarcas, y además, tenemos que ponerle nombre a los oligarcas, dar el nombre de las familias y los empresarios que se quedan con la plata, eso lo hacemos siempre y el pueblo lo comprende, sabe de qué le estamos hablando”.
CA / GF / RG
